Gimnastas en Beijing: Almudena Cid

Escribir acerca de Almudena Cid es un desafío, no solamente por considerarla una amiga y un ejemplo de vida, sino porque es dueña de la trayectoria más amplia dentro de la gimnasia rítmica.
Nació el 15 de junio de 1980 en la ciudad española de Vitoria. A los 7 años comenzó a practicar gimnasia rítmica como actividad escolar obligatoria. Almu, como la nombran sus amigos, descubrió desde pequeña el extraño lazo que la unía con el arte de esta bella disciplina.
De inmediato comenzó a dedicarle horas extra además de las demandadas por la escuela.

Su entrenadora Iratxe Aurrekoetxea apostó a que sería la futura estrella española y no se equivocó. En 1994, con tan solo 14 años, abandonó su ciudad natal y se trasladó a Madrid para formar parte del Seleccionado Nacional que dirigía la búlgara Emilia Boneva.
Esa temporada gana el Campeonato español y se convierte en favorita para vestir los colores de su bandera en los Juegos Olímpicos de Atlanta al año siguiente.
Sin experiencia internacional, fue finalista Olímpica en Atlanta 96 y con 15 años ya había cumplido el sueño que anhela y aspira cualquier deportista.
No es fácil estimular a un atleta para que continúe cuando se ha logrado el máximo objetivo antes de tiempo, pero la pasión por la gimnasia que hacía vibrar a Almudena, trascendió por encima de las medallas, los campeonatos, el prestigio y los resultados.
Aferrada a un spíritu esforzado que la vinculó desde los 7 años con su deporte, continúa siendo una de las gimnastas más reconocidas en el plano internacional e insuperable a nivel Nacional.
Trabajadora ejemplar que no se deja atraer por utopías. Sus expectativas nunca están fuera del alcance de lo real.
Su filosofía de vida la llevó a conquistar 7 títulos Nacionales, a ser finalista en 9 Campeonatos del Mundo y 11 Europeos, participó en mas de 80 certámenes internacionales e hizo realidad el sueño de obtener tres diplomas Olímpicos consecutivos (Atlanta 96, Sydney 2000 y Atenas 2004), un gran record en la gimnasia rítmica.
Veinte años pasaron desde que vio por primera vez aros, cintas y pelotas.
Hoy disfruta de su actividad como el primer día aunque tenga en sus planes ya confirmado su retiro luego de los Juegos Olímpicos de Beijíng.
Almudena demuestra que la rítmica no es solo un deporte para niñas.
Su madurez es lo que hoy la destaca y hace diferente. Admirada, elogiada y emulada por sus propias rivales, el lugar que consiguió es indiscutible y respetado por el mundo.
Actualmente entrena entre 6 y 8 horas diarias en el centro nacional de alto rendimiento de Barcelona con Iratxe Aurrekoetxea.
Expresiva y original, sus rutinas tienen su propia marca que la destacan y caracterizan.
Antes de competir visualiza sus coreografías, se mete en una burbuja y sale cuando finaliza para escuchar los aplausos. Siempre entra al tapiz con el pie derecho, esa es su cábala principal.
Su elemento favorito es la pelota y con el que menos le gusta trabajar es con la cuerda.
Con 28 años ya piensa en su futuro profesional y estudia en la escuela superior de diseño.
En los últimos años se ha ganado un importante espacio en el mundo de las pasarelas. Actualmente desfila para diseñadores y agencias de modelos. Actuó en novelas, en comerciales, ganó un concurso de patinaje sobre hielo, participó en shows televisivos y
hace unas semanas posó para la revista masculina FHM.
Es la cara de Nike Woman en Europa, marca que la patrocina como sponsor oficial.
Cuando todos confirmaban su retiro luego de haber conseguido su tercera final en Atenas 2004, esta joven vasca sorprendió al universo de la rítmica demostrando que dentro de ella, aún queda fuerza, espíritu, pasión y ganas de seguir abocada al deporte que llegó a su vida una mañana de 1988.