Extrañas sensaciones

Un mundial con poco sabor a mundial. Al menos es lo que pude apreciar en estos 6 días que llevo en tierras griegas.

Seis hoteles, tres gimnasios para entrenamiento y el hall oficial de competencia están aislados entre sí.

En cuatro grupos y horarios diferentes fueron divididas las gimnastas para competir.

Este sistema dispersa a las protagonistas del evento y hace que el contacto sea casi nulo.

Dos son las semanas que dura el campeonato y sospecho que tal vez no llego a cruzarme con algunas personas a las que veo pocas veces al año y solo en este tipo de competencias.

La organización está evitando amontonamientos y problemas de tiempos y espacios.

El mismo modelo diseñado para ordenar y sistematizar hace que se pierda toda la magia que solo se vive en los mundiales.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola ani!
será que la globalización se ha instalado de tal manera en el deporte como para quitarle esa magia tan especial que tiene la rítmica.
Es una pena que los pensamientos se traduzan la mayoría de las veces en dinero y que poco les interese exaltar la belleza y el arte que transmite este deporte.
El mundial es el encuentro para compartir un mismo espacio, un tiempo y un idioma común.
Una lástima.
Besos. mami