Gimnastas en Beijing: Inna Zhukova

Nativamente rusa, de cabello dorado y piernas largas. Inna Zhukova nació el 6 de septiembre de 1986 en Krasnodar, ciudad ubicada al sur de Rusia, donde dio sus primeros pasos en el deporte cuando tenía tan sólo 4 años.

Le dicen Indus, mide 1.72 cm. y pesa 49,000 Kg. Entrena 48 horas semanales bajo las indicaciones técnicas de Irina Leparskaya.

En 1999, cuando aún era junior, emigra junto a su familia a Minsk, la capital Bielorrusa, y deja de representar a su país de origen.

En Rusia la competencia es muy grande y las posibilidades de integrar la Selección Nacional siempre son menores que en otros países. Es que, además, la federación rusa goza de un semillero envidiable para la mayoría de los países del mundo.

El proceso de Zhukova fue lento pero, su evolución, muy notoria a través de los años. Incluso es una de las únicas gimnastas ya veteranas que ha logrado pegar un salto desde los últimos Juegos Olímpicos de Atenas hasta el día de hoy.

Delicada, etérea, frágil, en acción personifica casi a una bailarina. Domina todos los grupos corporales con facilidad sin destacarse en uno más que en otro y, su efectividad en las competencias, suele ser muy regular.

Luego del retiro de su compatriota Yulia Raskina, (sub campeona olímpica en Sydney 2000), fue la única que ha podido mantener a Bielorrusia en la cima de los puestos, luchando por las medallas.

Reina de la pelota. En el 2003, impactó con una rutina dramática donde sobre el final, se arriesgaba con una recogida extraordinaria, única, original.

Arriesgarse, a veces, cuesta caro. En la gimnasia rítmica el que arriesga gana no siempre gana. Inna, durante el 2004, quitó su elemento y conservó la seguridad para los Juegos Olímpicos de Atenas, donde finalizó séptima.

En el 2005, ya más segura y confidente, vuelvió a alucinar al público y a los jueces con una nueva coreografía de balón, donde nuevamente volvió a exponer la máxima dificultad.

Esta gimnasta, de 21 años, en el 2005 se colgó el bronce en el implemento pelota durante el último campeonato de mundo disputando en Bakú, capital de Azerbaijan.

Además, por su porte de princesa, la audiencia de Berlín le entregó el premio a la Elegancia, galardón que para las gimnastas significa gran estímulo recibir.

Su impecable trabajo muchas veces no es objetivamente reconocido y tiene que conformarse siempre con un cuarto, quinto o sexto lugar.

En el 2007 se consagró como la cuarta mejor gimnasta del mundo e irá a Beijing con una marca que le da prestigio y la favorece.

Aunque Bielorrusia cuente con un importante semillero de gimnastas que vienen avanzando de manera notoria, Zhukova conserva su título de campeona nacional y todavía no ha sido superada por sus compatriotas. En varias oportunidades, la atleta reconoció que, por el buen nivel de las gimnastas que vienen  atrás, será "difícil competir contra las más jóvenes porque físicamente están enteras".

Inna durante su rutina de pelota en Aeon Cup 2006


Inna Zhukova durante su rutina de aro en el Europeo 2008