El pasado fin de semana se llevó a cabo en la capital ucraniana de Kyev, el tradicional Grand Prix Deriugina Cup. Muchos apostaban a que Anna Bessonova sería la ganadora absoluta por el gran momento deportivo que atraviesa y porque las gimnastas locales siempre se ven favorecidas con el juzgamiento del jurado. Sin embargo, la rusa Olga Kapranova triunfó en tierra ajena con 73,425 arrebatándole así el oro a la actual campeona del mundo Anna Bessonova, la ucraniana sumó 73,325 y se quedó con la medalla de plata. Tercera fue la rusa Vera Sessina con 72,700. La cuarta plaza fue para la también rusa Evgenia Kanaeva que con 16 años ya logró imponer su nombre en el circuito internacional de la gimnasia rítmica.
En la competencia de conjuntos Italia logró ubicarse delante de las rusas con un total de 33,850. Rusia, que en conjunto venia ganando con comodidad todas las competencias, se quedó con la medalla plateada con 32,900. El bronce fue para el país anfitrión con 31,825. Ucrania sorprendió luego de años oscuros y con nefastos resultados a nivel grupal.
La posición de Italia alarma a Rusia y lo pone cada vez más como rival peligroso a 4 meses de los Juegos Olímpicos, como la reaparición del conjunto ucraniano estará alertando a búlgaras y bielorrusas.
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