Siempre me resultó difícil disfrutar alguna de las coreografías ejecutadas en el programa que conduce Marcelo Tinelli, ni siquiera logré mantenerme como televidente pasiva durante una transmisión completa.
No pretendo hacer un posteo acerca de mi propio registro frente al televisor mientras show match es emitido cada noche, tampoco es mi intención criticarlo, pero al no coincidir con la filosofía del conductor como comunicador social, tal vez termino cayendo en una suerte de crítica involuntaria.
En realidad, solo he visto fragmentos de "Bailando por un sueño" a través de algunos programas que se retroalimentan de lo mismo que critican.
En Agosto se agregó Patinando por un sueño y esta nueva edición me produce curiosidad porque dos grandes y reconocidas gimnastas internacionales formaron parte en sus respectivos países del show original.
La gimnasta vasca Almudena Cid, tres veces finalista olímpica y campeona absoluta de España, fue la ganadora del reallity español conocido como "Desafío Bajo Cero".
En Rusia la también gimnasta rítmica Irina Tchaschina, subcampeona olímpica en Atenas 2004, y medalla de bronce en el Campeonato del Mundo, integró en su país el mismo espectáculo junto a un gran patinador campeón del mundial.
Estas gimnastas, inexpertas en el hielo, danzan en una superficie desconocida y logran trasmitir composiciones artísticas combinando movimientos propios del patinaje artístico más la música y la expresión distintiva del deporte que practican.
Si a estas atletas dotadas de habilidades innatas para todo lo relacionado con la danza no les resultó un simple desafío, creo imaginar el esfuerzo que les compete a las participantes del patinando argentino cuando tienen que moverse sobre el filo de sus patines y mas aún si algunas de las chicas carecen del talento natural para alcanzar cierta idoneidad durante los entrenamientos y la representación de la gala.
Y no menciono a “todo el equipo”, porque hay expertos concursando, patinadores y bailarines auténticos, que seguro hace décadas entrenan en el anonimato y muchas veces se resignan y no cumplen con sus objetivos deportivos por falta de apoyo.
De repente los profesionales saltaron a la popularidad, ahora están en la cuna de un exitismo imaginario junto a figuras famosas y a otras que solo creen serlo.
Renuncian a extraordinarias destrezas porque los pares impuestos por la producción no tienen ni siquiera la noción de un principiante.
Los ve medio país y si hablan de ellos es solo porque comparten el mismo tiempo y espacio que Wanda Nara, Jessica Cirio o Evangelina Anderson.
Es innegable la capacidad de Marcelo Tinelli para adoptar ideas vistosas y en el acto hacerlas viciosas, pero pasa desapercibido que para lucir las características de esta atractiva actividad, es imprescindible elegir participantes que tengan plasticidad corporal y una coordinación motriz básica.
Las caídas o los errores que cometen los concursantes quedan fuera de esta evaluación, sino que apunto a recalcar la falta de armonía que refleja cada pareja mientras hace su rutina.
A mi criterio, Tinelli justifica con sus productos la otra parte del negocio, ese lado que le da el raiting a las noches de canal 13.
Las peleas, la innecesidad de trajes provocativos, las polémicas constantes de un jurado ignorante y el aferrarse al sueño, a la necesidad y a veces hasta el dolor de una persona para llevar adelante un show que tiene como finalidad llenar un par de bolsillos.
Irina Tchaschina
Irina Tchaschina
Almudena Cid
Wanda Nara